Muy a menudo damos por hecho con demasiada ligereza, la idea de que nuestro hogar es el lugar más seguro, pero no siempre es así: continuamente estamos expuestos a accidentes domésticos, robos y otros peligros que se tratan a continuación. Aunque ningún miembro de la familia, está exento de sufrir un accidente doméstico, los niños son los que los sufren con mayor frecuencia, debido a su vulnerabilidad. Por este motivo, es esencial extremar las medidas de seguridad del hogar, cuidando cada detalle que pueda suponer un peligro para ellos dentro de casa.
La era moderna: un peligro añadido
Con el paso de los años y el avance de las nuevas tecnologías, se han ido sumando a estos riesgos, diversas amenazas añadidas que exponen a los más pequeños al complejo mundo de Internet.
En la actualidad, la mayoría de las familias, disponemos en casa de un amplio abanico de dispositivos que nos conectan a la red. Puede resultar una experiencia positiva, atractiva, didáctica e incluso útil para nuestros menores. No obstante, debemos ser conscientes de la necesidad de marcar unos límites para evitar que las nuevas tecnologías provoquen efectos negativos en ellos.
Por todo esto, como padres y educadores, debemos tener en cuenta el uso y, en ocasiones, el abuso de los dispositivos que, con facilidad, pueden culminar en adicción. Además, el acceso a contenidos poco apropiados y el uso indebido de las funcionalidades y aplicaciones, puede ser el detonante para que se den situaciones de ciberacoso o sexting.
Nuestro gran aliado: el control parental
Existen sistemas de seguridad y herramientas de control parental que son realmente útiles para controlar y vigilar la actividad de nuestros hijos. Son aplicables a prácticamente cualquier dispositivo y consisten en pequeñas acciones: desde sencillos bloqueos o restricciones de la red inalámbrica, hasta ajustes más detallados en ordenadores o smartphones.
Para cumplir con la labor de educar, apoyar y guiar a nuestros hijos en el uso seguro de las redes, vamos a proceder a enumerar las funcionalidades básicas con las que deben contar las herramientas de seguridad online:
– Filtrado de páginas web por tipo de contenidos, palabras o temática. Es posible configurar la herramienta de modo que restrinja al menor el acceso a webs, cuyo contenido no consideremos adecuado, o, directamente, podremos bloquear el acceso general a ciertas páginas.
– Bloqueo de aplicaciones y configuraciones del dispositivo. Podremos decidir a qué aplicaciones o configuraciones puede acceder el menor.
– Establecimiento de tiempos de uso del dispositivo y conexión a Internet. Se nos facilita la posibilidad de establecer un horario, para el uso de dispositivos y conexión a Internet; de esta manera, podremos evitar el uso excesivo de las tecnologías. Debemos tener en cuenta, también, la importancia de que ellos comprendan que no deben desatender sus tareas cotidianas ni sus obligaciones. Por esto, lo ideal es acordar unos tiempos. Esta opción hace más fácil el trabajo y ofrece la oportunidad de crear un calendario dotado de franjas horarias “a la carta” para el uso del dispositivo.
– Supervisión de búsquedas y monitorización de conversaciones de chat. Esta es otra opción muy interesante, ya que nos permitir saber qué tipo de sitios web consultan nuestros hijos y la frecuencia con la que lo hacen. Resulta una información de especial relevancia a la que podemos dar un muy buen uso, porque puede ayudarnos a comprenderlos y a saber si necesitan ayuda en algún momento.
– Servicios de alertas y notificaciones. Para hacernos esta tarea aún más sencilla si cabe, el control parental suele contar con la opción de que se nos envíe una recopilación de la actividad del menor de forma periódica. Es más, existen herramientas que nos envían una alerta si nuestro hijo intenta realizar alguna de las opciones restringidas.
Si todavía no habíais utilizado herramientas de control parental, este es el momento perfecto para comenzar, por el bien de los más pequeños, por el derecho que tienen a ser amparados y protegidos y porque nosotros somos su principal pilar. Pero recordemos contar con la opinión del menor y hacerlo partícipe. De esta forma, entenderá que la única finalidad es cuidarlo y protegerlo, evitando a toda costa que se sienta amenazado o atacado.
A modo de conclusión, debemos aclarar que todos los riesgos de los que hemos hablado, provenían de fuera de nuestros hogares. Sin embargo, ¿seríamos capaces de imaginar el pánico que se debe sentir al saber que hay un extraño dentro de casa? En el pasado año 2015, el Ministerio registró 113.452 robos en viviendas en España y estudios estadísticos estiman que se supere la cifra de 122.000 en 2016.
Este dato nos obliga a no dejarnos en el tintero lo que podría suceder estando ya dentro de casa. A menudo, creemos que estos hechos solo les suceden a nuestros vecinos, pero no siempre es así: prevengamos antes de sufrir estos tipos de situaciones.