Cada día más la seguridad es muy importante en todos los ámbitos de nuestra vida, especialmente cuando hablamos de la seguridad física. Es por ello que elegir bien cómo protegernos es esencial, porque elegir bien es elegir la tranquilidad de confiar en nuestros sistemas de seguridad.
Las puertas de seguridad y los sistemas de alarma son una gran opción cuando lo que queremos es evitar que nadie pueda acceder al interior de nuestro hogar, pues los últimos avances en este campo hacen que pasar a través de las cerraduras de seguridad sea extremadamente complicado.
Como bien apunta Ángel Olleros en su artículo sobre seguridad física, la pregunta a la hora de elegir entre una puerta de seguridad o un sistema de alarma es si queremos evitar que alguien entre o si queremos saber cuándo entran.
¿Qué es cada cosa?
Mientras que las puertas blindadas son puertas de madera a las que se les adhiere una lámina de acero que las hace totalmente resistentes, una puerta acorazada es una puerta metálica en todo su ser, con un acabado con tableros de madera, que, a pesar de ser muy parecida a la blindada, ofrece un plus de resistencia al apalancamiento y a la presión. Así, ambas son elecciones muy buenas a la hora de evitar intrusiones y, aunque las puertas acorazadas son mucho más resistentes, su precio es también mayor.
Finalmente, y sabiendo que las puertas blindadas habrá que renovarlas con el tiempo, la diferencia de precio en muchos casos suele ser bastante pequeña, pues la puerta acorazada durará para toda la vida, teniendo simplemente que cambiar los tableros de madera del acabado.
Los sistemas de seguridad por su parte son mucho más variados, pasando por cámaras, alarmas, sensores, “trampas”, y un largo etcétera de cosas cuyo fin es el de informar. ¿Informar de qué? ¿A quién? ¿Cómo? La respuesta a todas estas preguntas depende del sistema, pues se puede informar a la policía o a nosotros, de que alguien ha entrado o pretende entrar, por Internet, SMS, o infinidad de métodos. Al fin y al cabo, lo que se busca con un sistema de seguridad es saber en todo momento qué está pasando dentro de nuestro hogar.
Una de las ventajas de los sistemas de seguridad es su versatilidad, pues, dependiendo de los sensores utilizados, se pueden usar tanto para notificarnos de intrusiones como para otro tipo de peligros como fuegos en casa, inundaciones o escapes de gas.
Pero volviendo a la pregunta que nos planteábamos al principio sobre qué queremos a la hora de decidir sobre la seguridad, lo importante es saber que una opción se complementa con la otra y que la eficacia de ambas juntas es infinitamente superior a la de cada una por separado. No es de extrañar que, muchas veces, elijamos instalar, tanto una puerta de seguridad como un sistema de alarmas.
¿Juntos o separados?
Si solo dejáramos la seguridad en los brazos de los sistemas de alarmas, entonces la intrusión no tendría ninguna oposición para llevarse a cabo, mientras que si esta se delega solo en las puertas blindadas o acorazadas, una vez que se lleve a cabo la intrusión no habría manera de conocer la misma hasta que fuera demasiado tarde.
Es por esto que una unión de ambos sistemas nos proporcionará la seguridad completa, dificultando la intrusión y luego notificándola, monitoreándola o incluso, llegando a detenerla si el intruso huye asustado. El punto psicológico de saber que la policía está avisada nada más entrar al inmueble puede llegar a asustar a la mayoría de los intrusos, hecho que si se une a la dificultad de entrar al tener que pasar por una puerta acorazada o blindada, hace de la unión de estos sistemas de seguridad más fuerte.
Las cerraduras de seguridad son, tanto o más importantes que las mismas puertas, pues aparte de complicar el acceso, puede producir muchos más resultados de los esperados. Haciendo uso de la informática, las cerraduras pueden, desde enviar datos de quien entra y sale de vivienda, hasta evitar abrirse dependiendo quién sea el que se encuentra frente a ellos.
Es un gran método de saber, incluso antes de que se produzca la intrusión, que alguien está intentando entrar, por lo que el aviso a las autoridades será mucho más rápido, así como un aviso que puede llegarnos al móvil, a la tablet, o al reloj. Información que vuela y en cuestión de segundos sabemos qué está pasando con nuestra casa.
Conclusión
Una vez sabido esto, podemos determinar que la unión hace la fuerza y que no se trata de una batalla entre las puertas blindadas y los sistemas de alarma, sino que los mejores sistemas de seguridad son aquellos que dificultan, disuaden, e informan. Aún así, esto no quiere decir que por separado no sirvan o pierdan eficacia, pues son una gran solución frente a no tener nada.