El miedo a sufrir un robo, pese a contar con sistemas de seguridad, es un sentimiento común y fácilmente entendible si se tienen en cuenta, los datos que el Ministerio del Interior ha publicado. En 2015 se registraron en España un total de 113.452 robos, una cifra que va a ser superada en el presente año a falta de dos meses de llegar a su fin, ya que se ha observado un incremento de estas actividades delictivas de un 7,7 por ciento respecto al año anterior. Ahora bien, ¿qué se puede hacer con las joyas y otros objetos de valor si se quieren proteger de miradas ajenas?
La opción más evidente sería esconderlos, si finalmente los ladrones han violado la seguridad del hogar. Eso sí, no vale cualquier escondite para esas piezas de incalculable valor, tanto económico como emocional. Hay que tener en cuenta que los ladrones, en su mayoría, entienden el oficio del robo como medio de vida, por lo que han desarrollado un amplio conocimiento en la materia y tienen sistematizado dónde mirar para encontrar preciados botines. En ocasiones, los lugares más escondidos, son los primeros que revisan y aquellos que, son más evidentes y están más a la vista pueden saltarse su exhaustivo escrutinio.
Sitios donde jamás se debería esconder objetos de valor
Por norma general, la primera opción que se le viene a cualquier persona para esconder dinero físico, joyas, piezas de arte o documentos de vital importancia, debe ser rechazado por normal. Si se le ha ocurrido sin más, a los ladrones también se les ocurrirá mirar ahí. A no ser que se cuente con puertas acorazadas, hay que buscar buenos escondites. Pero, no sólo se debe proteger estos objetos de valor de la furtiva acción de los cacos, también de otros agentes que pueden poner en peligro dichas pertenencias.
– El colchón. Suele ser la primera opción para guardar dinero y también lo primero que levantan los ladrones al entrar a un hogar. Si observan, que la estructura del colchón ha sido modificada, habrán tenido suerte en su labor.
– Bolsas de deporte o de plástico. Encontrar bolsas escondidas, es sinónimo de que en su interior hay material de valor. Pero no es el único riesgo, ya que si no están escondidas, también se corre el riesgo de ser tirado a la basura por un despiste, al no adivinar a primera vista qué hay en su interior.
– Un joyero. Parece evidente, pero estas cajas llaman la atención a simple vista.
– Los electrodomésticos. Los ladrones, suelen hacer parada en la cocina y no dudan en abrir el congelador y otros electrodomésticos en busca de objetos aparentemente fuera de lugar.
– La cesta de la ropa sucia. Puede resultar a primera vista un lugar poco habitual en el cual esconder objetos de valor, pero hay que tener en cuenta que, los ladrones suelen valerse de los recipientes que encuentran para transportar el material robado.
– El jardín o una ventana. Dejar el dinero y las joyas a la intemperie, jamás debería ser una opción a tener en cuenta. No sólo porque estará expuesto a las inclemencias del tiempo, sino porque además se corre el riesgo, de ser visto mientras se esconde y facilitar la tarea de búsqueda a los amigos de lo ajeno.
– Marcos de cuadros u objetos de decoración. Los ladrones no tienen cuidado en su tarea de desvalijar una vivienda. Suelen romper todo lo que se encuentran a su paso, para comprobar si contienen algo en su interior.
Los mejores escondites para ocultar lo más valioso de los ladrones
– En las habitaciones infantiles. Los cuartos de los niños, suelen contener un sinfín de objetos y juguetes que entorpecen la búsqueda de los ladrones. Además, se presupone que lo valioso suele estar lejos del alcance de los más pequeños.
– Productos de limpieza falsos. Utilizar, por ejemplo, una botella de lejía vacía para esconder el dinero o las joyas podría ser un acierto, ya que pasaría inadvertido junto al resto de productos de envases destinados a la limpieza del hogar.
– En la aspiradora. Esconder el dinero en el filtro de la aspiradora podría ser recomendable, dado que no es un sitio muy común y desmontar el aparato, podría robarles un tiempo valioso a los cacos.
– Entre los abalorios de Navidad. Guardar objetos de valor entre otros aparentemente insignificantes como las luces de Navidad o el Belén, podría pasar desapercibido fácilmente.
– Un cajón con doble fondo.
– Aprovechar uno de los baldosines del baño o la cocina para idear un compartimento secreto, en el cual esconder todo aquello que no deseas perder.
– En un falso enchufe. En el mercado hay cajas fuertes que simulan ser enchufes y, cuentan con distintos compartimentos para organizar bien el material a proteger.
– En una puerta, concretamente en la parte superior. Se pueden realizar agujeros para introducir pequeños objetos que difícilmente serán descubiertos.
En conclusión, existen buenos y malos escondites para ocultar lo que más valoramos. A pesar de contar con sistemas de seguridad, cualquier precaución es poca.