En cuestiones de seguridad del hogar, las estadísticas van siempre en detrimento de las víctimas, porque los robos, lejos de frenarse, van en aumento. Sin embargo, esta cuestión es bien conocida por todos y no es momento de crear alarma, sino de tomar medidas para que los ladrones, no fijen su atención en las viviendas, aunque conocer los datos, siempre ayuda a tomar conciencia.
En 2015, el Ministerio de Interior registró en España un total de 113.452 robos en viviendas, una cifra que se sabe va a ser superada en el presente año a falta de dos meses de llegar a su fin, ya que se ha observado un incremento de estas actividades delictivas de hasta un 7,7 por ciento respecto al año anterior.
No obstante, los sistemas de seguridad en hogares y empresas, están a pleno rendimiento las 24 horas del día y los 365 días del año. Se recuerda este dato de interés porque, no siempre que salta una alarma existe una situación de peligro para el espacio que protege, de posibles intrusiones. De hecho, la gran mayoría de las alertas resultan ser falsas, ya que saltan por cuestiones cotidianas que poco o nada tienen que ver con el asalto a una vivienda o una empresa. Este hecho preocupa a las compañías del sector dedicadas a la seguridad del negocio o residencias de sus clientes, ya que merman la capacidad de respuesta ante alertas reales.
¿Qué provocan las falsas alarmas?
Como se comenta, las falsas alarmas, suponen no sólo un fastidio para el usuario del dispositivo de seguridad por recibir una llamada avisándole de la incidencia, sino también para la compañía que debe realizar la llamada o incluso para las fuerzas de seguridad, que deben trasladarse hasta el lugar de los hechos para cerciorarse de que, efectivamente no existe riesgo de robo. Pero, ¿qué las causa?
– El propio propietario. La mayoría de estas incidencias, suelen ser provocadas por los propietarios de los inmuebles. Pueden olvidar el código de seguridad para desactivar el sistema, también retrasar su salida del espacio en los 30 segundos (tiempo recomendado) que estipula la alarma para cerrar el circuito de seguridad y, por supuesto, también acceder al recinto sin recordar, que la alarma estaba puesta y provocar con ello una falsa alerta.
– Ventanas abiertas. Cualquier movimiento que el sensor capte, es susceptible de activar la alarma. El mero vaivén de una cortina al son del viento, activará la sirena y mandará una alerta a la central, con la consiguiente activación del protocolo de posible robo.
– Las mascotas. Los animales suelen ser otro elemento habitual en las falsas alarmas, a pesar de que los sistemas de seguridad modernos, cuentan con detectores antimascotas de hasta 18 kilogramos. Sin embargo, si saltan o suben unas escaleras no importará su peso, dado que el sistema percibirá el movimiento y saltará.
– Fallos técnicos. Un error en el propio sistema de seguridad instalado, puede conllevar a una falsa alarma. En este caso, la responsabilidad recae exclusivamente en la empresa que la instaló.
Consejos para evitar las falsas alarmas
Evitar este tipo de incidencias es de vital importancia, como se comentaba, no solo por evitar molestias a vecinos con la alarma o a la compañía de seguridad contratada con un volumen de trabajo que podría ser fácilmente evitable y, que supone la utilización de unos recursos valiosos, para subsanar posibles robos auténticos. Tal es su relevancia, que incluso el Ministerio del Interior en su página web, especifica que si se producen dos o más falsas alarmas en un plazo de 30 días, se requerirá al titular del sistema que, repare las circunstancias por las cuales se producen dichas falsas alarmas. Para ello, contará con un plazo máximo de 72 horas y podrá suspender el servicio por completo o tan solo silenciar las sirenas.
Es por ello que, conviene seguir los siguientes consejos para evitar males mayores:
– Equipos con verificación a través de imágenes o vídeos. Los sistemas de seguridad modernos, cuentan con cámaras capaces de registrar imágenes, incluso en movimiento, de lo que sucede en un espacio, donde la alarma ha captado un movimiento extraño. La compañía, deberá revisar estas imágenes para intentar averiguar la fuente de tal alarma, a la vez de ponerse en contacto con el cliente.
– Conocimiento del sistema. El saber es poder y, en este caso, también seguridad. Todos los miembros de la familia o empleados de la empresa que tengan acceso al espacio asegurado, deberán conocer cómo funciona el dispositivo o central instalada, así como la manera de desactivarla si ha saltado por error.
– En la línea de lo que se comentaba anteriormente sobre los motivos más comunes que provocan las falsas alarmas, se recomienda asegurarse de que las ventanas están correctamente cerradas.
– Si a pesar de tener sensor antimascotas, saltan con cierta regularidad, habrá que valorar la posibilidad de limitar el tránsito del animal en ciertas zonas de paso.
Sin duda, es preciso afinar al máximo en la evitación de estos errores, para optimizar el servicio que prestan las alarmas de seguridad.