¿A quién no le ha pasado alguna vez que, al estar cocinando, su sartén haya empezado a escupir llamas como si fuese un dragón? Los incendios, no son algo aislado en nuestros hogares; situaciones tan comunes como éstas, pueden derivar en que arda también la campana extractora, luego se propague por el resto de muebles y, con suerte, nos quedemos sólo sin cocina. Y que no nos pille en casa y tengamos que acabar saliendo a gritos por la ventana.
Y es que la cocina es siempre el punto caliente (y nunca mejor dicho), en cuanto a incendios se refiere, pero hay más focos de peligro en nuestra vivienda, y hemos de ser conscientes de los mismos para evitar males mayores. Por ejemplo, las fuentes de calor, que abundan en invierno, son una de las principales causas de incendios, pero hay más. Veamos las causas más comunes y las consecuentes prevenciones para aumentar la seguridad del hogar.
Causas comunes de incendio
Instalación de gas
Si tenemos cocina de gas o lo utilizamos para calentadores o para estufas, será muy importante tener la instalación controlada y revisada, vigilar las válvulas y las posibles fugas. Si huele mucho a gas, como primera medida, deberíamos abrir las ventanas y puertas e intentar no encender luces, pues una chispa puede iniciar el fuego. Por otra parte, siempre que nos ausentemos o, incluso antes de dormir, debemos comprobar que las llaves de gas están cerradas.
Instalación eléctrica
Si la instalación es antigua, es más probable que pueda tener fallos y cualquier chispazo, puede causar un incendio. Por ello, es conveniente hacer revisiones periódicas y mantenerla en buen estado. Además, también debemos evitar sobrecargar la red eléctrica y, contratar la potencia que realmente vayamos a necesitar. Al terminar de utilizar los aparatos eléctricos, lo mejor es dejarlos desenchufados.
Por otra parte, el cableado eléctrico, si es largo, suele calentarse más, por lo que son de menos riesgo los cables cortos. En caso de cables largos, debemos evitar que estén enrollados (acumulan más calor) y que pasen por debajo de alfombras, sofás y demás. Cuando dejamos de usarlos, debemos recogerlos correctamente sin que se rompan, plegándolos adecuadamente.
Velas, chimeneas y otros objetos que funcionen con llama
Hay que reducir su uso y evitarlo totalmente si no estamos en casa o si dormimos. Otras precauciones obvias son, no colocar objetos inflamables cerca, como alfombras, sofás o cortinas (no secar ropa en estufas). Evita el uso de cerillas, encendedores, gasolina y otros líquidos inflamables y, si tenemos que usarlos, hacerlo con las debidas precauciones.
Las estufas eléctricas, por otra parte, también pueden provocar fuego. Todo objeto que da calor es susceptible de arder.
Planchas y otras fuentes de calor
Si estamos planchando la ropa y tenemos que atender otro asunto, nunca debemos dejarla enchufada y siempre en posición vertical. Es muy fácil que una plancha provoque fuego, debido a la gran cantidad de calor que proporciona. Lo mismo con planchas del pelo y otros objetos similares.
Cigarrillos
Debemos dejar siempre los cigarrillos bien apagados y evitar que las colillas, caigan en lugares susceptibles de arder. Fumar en la cama por ejemplo, es algo extremadamente peligroso ya que, si nos quedamos dormidos y el cigarrillo prende en las sábanas, comprobaremos muy pronto, que el tabaco realmente mata. Al vaciar el cenicero en la papelera, hemos de comprobar que no hay colillas aún encendidas.
Otros consejos
Es importante contar con otros sistemas de seguridad, como pueden ser:
– Instalar detectores de humo: permitirán anticiparse a la propagación del fuego.
– Contar con un extintor: Ya sea de la comunidad o propio, debemos tenerlo localizado y saber utilizarlo en casa, de ser necesario.
– Tener localizadas posibles salidas de emergencia, y si tenemos puertas blindadas, que todos los miembros del hogar, puedan abrirlas si hay que salir corriendo.
– Mantener fuera del alcance de los niños, todos estos objetos mencionados que pueden generar fuego y, extremar la precaución con los ancianos que viven solos, y que suelen tener más despistes que pueden acabar mal.
– Mantener a todos los miembros del hogar al corriente de estas medidas de precaución.
– Llamar a emergencias (112 o 119) lo antes posible.
Por último, decir que sólo deberíamos hacer de bombero improvisado, en caso de que sea un incendio controlable y que con ello, evitemos males mayores. Pongamos que está ardiendo la sartén y lanza una llamarada de tres metros de largo; utilizaremos una tapa de metal o algo con lo que se pueda ahogar el fuego, (recordemos que, si no hay oxígeno no hay fuego). En último caso, podemos tirar una manta por encima; eso si, nos quedaremos sin manta. Lo que debemos evitar es lanzar agua, pues si hay algún tipo de conexión eléctrica cerca, será mucho peor.
Y en caso de incendio, es muy importante que intentemos evitar en la medida de lo posible, la inhalación de humo, pues la principal causa de muerte en incendios es, la inhalación de gases tóxicos resultantes de la combustión.